jueves, noviembre 16, 2006

BAUHAUS – SEGUNDA ETAPA (Enero 1998 / Diciembre 2002)

BAUHAUS – SEGUNDA ETAPA (Enero 1998 / Diciembre 2002)
Recuerdo que las dos primeras semanas de Agosto de 1997 la presión de Defensa Civil y luego serenazgo fue constante e implacable. La música sonaba a bajo volumen y la puerta se mantenía cerrada dejando pasar únicamente a la gente conocida. La incertidumbre de no saber si se abriría la noche siguiente rondaba y eso se veía reflejado en los rostros. Algunos no queríamos aceptar que las cosas podrían complicarse cada vez más. Bauhaus parecía desvanecerse… nunca olvidaré aquella última noche. Juan José estaba notoriamente deprimido. Muy afectado. No tenía esperanzas de que Bauhaus reabra sus puertas.
Unos pocos días después incluso se liquidó a todo el personal de la discoteca. Recuerdo que todos nos despedimos aquella noche. De hecho yo tenía muchas esperanzas en que Bauhaus sí re-abriría, por ello llamaba de tanto en tanto a la familia Natteri. Pero el juicio tomaría varios meses…
La noche del jueves 19 de Junio de 1997 asistí a la inauguración de LORELEI Bar en Barranco con Lucho Tenorio y Claudia Gutiérrez. El bar era de Félix Tresierra, amigo, anfitrión y primer filtro que tuvo Bauhaus. El Chino Cito se hacía cargo de la música. Luego de la inauguración, asistí unas pocas veces debido a mi trabajo en Bauhaus, pero cuando la discoteca cerró sus puertas en Agosto de ese año, empecé a acudir todos los fines de semana al bar de Félix. Ciertamente se me había metido en la cabeza la idea de tocar música en el lugar mientras re-abría Bauhaus. A decir verdad puse música tan sólo algunas veces pero no se llegó a concretar nada.
Si bien es cierto Lorelei tenía su público ganado, en esos meses sin Bauhaus, la gente que acudía a la discoteca solía aparecerse por el bar. Ahí se podía tocar todo: desde Shoegazing a Krautrock, pasando por el lado oscuro de la 4AD y la New Wave de los primeros años. Aquel fue nuestro refugio.
Debido a la masiva asistencia del público que solía ir a Bauhaus, en Lorelei se tuvo que acondicionar la pista de baile y las luces del segundo nivel en donde se encontraba ésta… También se hicieron encuestas y se tomaron datos (E-mails) de los concurrentes, dando inicio a una importante lista de contactos que luego, poco más tarde, serviría de arranque para un proyecto futuro, el de una discoteca: NEBULA.
A fines de 1997 el DJ definitivo de Lorelei sería Luis Tenorio, quien se mantendría en el lugar hasta el final. Es decir, Junio del siguiente año.
Por mi parte terminé tocando música comercial en una discoteca llamada Ar-K-Dia durante Noviembre y parte de Diciembre… Pertenecía a una chica con la que estuve saliendo en los últimos días del Bauhaus de 1997.
Por aquellos meses (Agosto a Diciembre) abusé de mi salud en noches interminables de trabajo y diversión que se prolongaban hasta el mediodía del día siguiente. Fueron épocas extremas y difíciles para mí. Estaba en una situación de inestabilidad tanto en el trabajo como en mis relaciones personales. Y todo se dio al mismo tiempo… fue por entonces cuando inicié la redacción de lo que sería mi primer libro.
Recuerdo que faltando unos días para la navidad, Pico me dio la noticia que el problema con Bauhaus se había superado y que se abriría la discoteca a partir de la primera semana de Enero de 1998.
Lamentablemente mucha de la gente que acudió durante los primeros años se alejó por algún tiempo, incluso algunos ya no regresaron.. .
Durante la primera etapa de la discoteca existía una lista de invitados… me parece que eran 50 amigos o conocidos por socio. Así que siempre se veía la pista llena con gente allegada haciendo ambiente y animando a los nuevos clientes a familiarizarse con la música.
A partir de la re-apertura de Bauhaus cambiarían algunas cosas… La lista de invitados pasaría al olvido. No recuerdo exactamente quién tuvo que dar la cara y empezar a cobrar a todos el precio de la entrada. Como imaginarán, no pocos se iban molestos. Y es que algunos se habían acostumbrado a no pagar, y seguramente al cambiar las reglas del ingreso, estas personas probablemente lo tomaron más como una descortesía…
En esa segunda etapa era notoria la ausencia de Juan José. Igualmente de Claudio, quien a los pocos meses optaría por vender sus acciones.
Por el contrario a Karina se le comenzó a ver con más frecuencia. Ella se hizo cargo del lugar y ciertamente hubo muchos cambios significativos que evidenciaban el interés de convertir a Bauhaus en una verdadera y visionaria empresa. Pico en tanto, re-apareció como administrador haciéndose cargo de la caja y de la puerta, indistintamente. Imagino que duro debe haber sido poner la cara ante la situación de tener que cobrar a todos los clientes sin excepción. De hecho Pico tenía una personalidad un tanto complicada pero a partir de su permanencia en la puerta se ganó muchas enemistades.
Tras la re-apertura, la discoteca no contaba con una base de datos y no había forma de contactar con muchos de los asiduos al local y menos, con la gente que estuvo rotando y llenaba los días Miércoles y Jueves... las cosas se daban de tal manera que la promoción de Bauhaus prácticamente partiría de cero...
A pesar de los inconvenientes, recuerdo haber visto los fines de semana poblarse nuevamente de público durante aquel verano de 1998. Para el mes de Marzo prácticamente la discoteca ya se había recuperado. El Miércoles también se recuperó aunque en parte, y digo en parte, pues no alcanzó el nivel del año anterior... el día Jueves sí que se vio seriamente afectado... no había mucha concurrencia de público.
Ese verano fue muy duro para mí. Terminado Marzo tuve que retirarme de Bauhaus pues estuve seriamente enfermo... Y es que había abusado de mi salud en los últimos meses del año anterior. Luego de dos y medio meses, en Junio, me reincorporé. Entonces continuaría siendo el único DJ de la discoteca los cuatro días... como había ocurrido durante 1997. Recuerdo muy bien los buenos comentarios y las palabras de aliento que me expresaron algunas personas a mí regreso y que aún hoy sigo viendo en Nébula.
En la segunda mitad de 1998 visité en varias oportunidades la cabina de Blue Buddha. Como sabrán o recordarán, el Buddha era la discoteca de música electrónica que tenía Mammut.
Las visitas a la cabina del lugar las hice de día. La finalidad de tales visitas era escuchar algo de música. Pero el encuentro con la discoteca abierta se dio en Agosto de aquel año. La aceptación del público y la energía que se percibía era algo nuevo para mí. Entiendo que mucha gente que gustaba de la música de los ochenta por aquella época, no pasaba o soportaba el denominado Trance o House. Sin embargo, algunos de los temas de mayor identificació n del lugar en cuestión comencé a tocarlos por cuenta propia en Bauhaus. Y la fórmula funcionó. No eran muchos, pero le dieron otra cara al Miércoles (más fuerza y velocidad) poblándose con algo de la gente que iba a Buddha. Y el público de Bauhaus le dio el visto bueno a esa música. Aunque claro, era evidente el rechazo de algunos. Sin embargo, esa fue una manera de renovar aunque de forma parcial. Lo negativo era que esos temas eran de consumo inmediato. Es decir, de usar y tirar... así que la fórmula se mantuvo hasta la primera parte de 1999. Por entonces la noche del miércoles ya tenía un precio de entrada que era el equivalente al valor de una cerveza si más no recuerdo. El jueves en tanto no había logrado recuperarse y una de las fórmulas por las que se optó fue hacer fiestas de música electrónica. Esos días la discoteca tomaba el nombre de Area 51 y los DJs eran los mismos de Buddha, es decir, Nuclius y Bencho. La cosa funcionó por un tiempo.
Durante todo 1999 el grueso de la música habitual de Bauhaus era prácticamente los temas que venían funcionando desde los inicios... para entonces existía un número de público inconforme con las repeticiones, sin embargo, la mayoría gustaba de esa música... a fin de cuentas, jugaba con un promedio de 100 canciones funcionales cada noche, aunque los sets eran por momentos muy similares... Había llegado el momento del nuevo cambio.
Debido a la inconformidad de un sector del público asistente, intenté probando con otros temas, pero finalmente los de siempre eran los que aceptaba la gente en su mayoría. De hecho, la generación había cambiado... mucha de la gente de los inicios ya había dejado de asistir al lugar, bien porque se casó, se fue del país o simplemente dejó de salir. Probablemente es ahí cuando se produce cierto declive musicalmente. Es ahí cuando la fórmula comenzó a desgastarse. Mientras unos empezaban a identificarse con la música, otros ya estaban aburridos de ella. Entiendo que algunas radios tocaban clásicos de Bauhaus. Y más aún, en Mayo de 1999 había comenzado a funcionar Nebula como competencia directa.
Antes de Nebula, Bauhaus no había tenido competencia en la zona. Aunque finalmente la competencia no afectó a Bauhaus, lo que si produjo fue que el público se acostumbrara a rotar en dos lugares una misma noche. Por consiguiente, de lo que se trataba era de mantener en la pista a la gente por la mayor cantidad de tiempo posible y evitar que roten... dicho en otras palabras, opté por tocar lo más funcional sacrificando al público más enterado que representaba la minoría de los asistentes. Se trataba de un negocio, no es así. Karina Natteri ya contaba por entonces con una base de datos y la manera como empezó a marketear el lugar fue fundamental. El cambio en la gente fue notorio. De hecho se experimentó un hueco, pues yo lo percibí desde la cabina, sin embargo, para el siguiente verano se había logrado equilibrar el lugar. La asistencia del público se recobró. En otras palabras, la novedad que representaba Nebula duró unos meses y luego el público se repartió, o rotaba en ambos lugares durante la noche.
Es por esta época cuando se tomó con fuerza la idea de las programaciones y los especiales. Eso le dio nuevos aires a la música. Karina estuvo a cargo de esas nuevas ideas para la discoteca.
Recuerdo que una fiel clienta de Bauhaus, Patty ‘patito’, se encargó de encuestar al público asistente que conformaría la primera base de datos de Bauhaus y desde la cuál se informaría semana a semana sobre los especiales a realizarse en la discoteca. Carla Ciurlizza creó la página web de Bauhaus haciéndose cargo brindándole el mantenimiento requerido. En tanto Elar Vega se encargó de los diseños y de la parte promocional impresa: programaciones, invitaciones, postales, afiches para algunas fiestas especiales, etc.
Bauhaus invirtió mucho en el aspecto promocional… programaciones (calendarios) , invitaciones (tarjetas) y souvenir al domicilio de todos sus socios, además de decorados especiales para muchas fiestas inolvidables que se dieron en el lugar. El encargado de ambientar la discoteca de acuerdo al especial anunciado era el conocido Makako y también Juan.
La fiesta que más recuerdo fue aquella llamada Blair Witch Project (como la película) con hojas secas por todo el piso de la discoteca y ramas colgando del techo de la pista y ese olor a bosque. También el primer Bauhaus Virtual con los teclados colgando, lana fosforescente cruzada sobre la pista y los monitores prendidos boca abajo en el techo. O aquella en donde se exhibieron réplicas de momias y fardos funerarios por toda la discoteca y diapositivas con imágenes de mausoleos y lápidas del antiguo cementerio El Ángel…
La inversión no sólo se hizo en promoción sino también en infraestructura.
Se había adquirido en 1998 una Denon 2500 y un mezclador Pioneer DJ500. Poco después también se adquirieron luces inteligentes y dos proyectores de última generación.
Por todo ello, mi trabajo desde cabina se vio más comprometido que nunca. Como DJ sentí la presión del público que gustaba de los temas más accesibles dentro de aquellos que solía tocar. Es ahí donde las cosas se me empezaron a complicar un tanto, musicalmente claro. Si no tocaba lo que la gente quería bailar se iban a la competencia. Así de sencillo.
Por aquella época me enteré que en el Comercio salió un aviso sobre la búsqueda de un nuevo DJ para Bauhaus. Imagino que se debió a ciertas quejas sobre las repeticiones en la música y que se hacían en una sección de la página web. Sin embargo, tengo entendido que en gran medida se hablaba bien de la discoteca y de la música. De hecho reconozco que solía tocar con frecuencia ciertas canciones, pero como ya dije antes, mientras el nuevo público estaba familiarizándose con esa música, otros ya la habían empezado a detestar. Ciertamente, siempre tuve la intención de, en lo posible, guardar equilibrio entre las canciones usuales y las inusuales, pero al final, las mejores canciones se escuchaban cuando el público empezaba a llegar y esto ocurría normalmente hasta la 1:00. Por ello hubo especulaciones sobre mi partida. Lo triste fue enterarme del aviso ‘solicitando nuevo DJ’ por la gente y no por los socios. El rumor corrió y cierto resentimiento también asomó.
No pretendo evadir las responsabilidades que tuve desde la cabina como único DJ hasta ese momento, pero es cierto, o así lo sentía en aquel momento. Se trataba de mantener al público o perderlo. Por entonces ya había sacrificado casi la totalidad del Rock en Español (debido a las fiestas que hacía cada dos Viernes) y lógicamente el Trance.
Durante el 2000, debido a la creación de la base de datos de la discoteca, la gente que subía a la cabina a pedirme música me llamaba Pico. Ese hecho me hizo pensar con mayor detenimiento lo que estaba sucediendo en Bauhaus por entonces. Era evidente que la gente que acudía a la discoteca durante la primera época (1993-1997), ya no asistía con regularidad. El público asistente por aquellos meses era otro, y de hecho el nuevo público me confundía con Pico, pues él enviaba los mails semanales firmando al final de éstos como DJ, siendo el administrador. El hecho es que del simple Wallo o Eduardo como se me conocía en la primera época, pasé a ser llamado Pico. Esto me causó cierta preocupación debido a que sentía que estaba perdiendo identidad en el lugar. Afortunadamente, durante 1998/ 99 estuve totalmente sumergido en la redacción de lo que serían mis dos primeros libros. Fue entonces cuando se me ocurrió promocionar el lanzamiento de estos libros mediante la distribución gratuita de unos fanzines llamados Background. Recuerdo haber editado las biografías de Joy Division, Cocteau Twins, My Bloody Valentine, Cure, Sisters Of Mercy, Siouxsie & The Banshees, entre otros. Fueron un promedio de 8 mil fanzines los que ayudaron a circular nuevamente mi nombre.
Durante el 2000 se realizaban unas fiestas muy especiales en Bauhaus. Estas fiestas eran llamadas ‘Bauhaus Virtual’ que muchos recordarán y eran armadas con las votaciones que la gente hacía mediante el pedido de sus canciones en la página de la discoteca. Las canciones se ordenaban como si fuera un ranking (de acuerdo al número de votos) y las tocaba el sábado anunciado. Yo me encargaba de ordenar los temas más pedidos, así que tenía acceso a los E-mails de los clientes que habían participado en la votación. Debido a la cantidad de E-mails y a la finalidad que éstos tendrían para mí, fue que opté por seleccionar únicamente aquellos desde donde se había pedido mejor música, a mi entender. Repito, esto lo hacía con la finalidad de llegar a ese público más selecto (en cuanto a gustos estrictamente musicales) y de esa manera promocionar mis libros. Esta lista fue tomando cuerpo con el paso del tiempo, pues fui añadiendo a ella a aquellas personas que seguía conociendo en la cabina de Bauhaus, o aquellas otras que habían adquirido mis libros en algún otro lugar… ferias, librerías, tiendas de música, etc. El resultado de esto fue ser reconocido finalmente como Eduardo Lenti ante mucha de la gente que concurría a Bauhaus. Al margen de haber hecho posible la promoción de mis libros mediante la referida lista de contactos, se creó un hilo invisible entre la gente de la lista y yo. Al menos, así lo percibí. Noté más acercamiento con la gente desde entonces, y eso siempre me pareció fundamental. Creo que el constante contacto con el público es el más grande regalo que nos ha dado el internet. Fue entonces cuando lo descubrí.
En 2001 Bauhaus estuvo nuevamente buscando otro DJ. Fue por aquella época cuando ingresó Johan (actualmente DJ de Nóctulus) a quien conocía muy bien desde años atrás, pues había sido cliente de mi tienda de música.
Con él, el banquete de ochentas inusuales se producía al inicio de todos los días: Peter Koppes, DOF, Zerra 1, Kissing The Pink, Belle Stars, White Door, Ideal, The Suburbs, Scary Thieves... Sin embargo en Diciembre de 2002 Johan fue excluido de Bauhaus debido a que la música que ponía cuando llegaba la mayor cantidad de público era muy similar a la que yo ponía (ironías de la vida) y debido a su ‘supuesta’ poca contribución optaron por buscar otro DJ. Su salida fue repentina. Demasiado diría.
Durante el 2002 Bauhaus tuvo una sensible baja. Se percibía como que ya no se trataba del lugar de años atrás… el desgaste en algunas ideas, las repeticiones en parte de la música y la competencia cercana empezaban a convertirse en una molestia…
En lo personal, recuerdo que había estado trabajando duramente en la segunda mitad de 2002 para ver hecho realidad la publicación de mi segundo libro. Llegado Diciembre tenía serias dificultades para su lanzamiento… el mes se me había esfumado y lo único que me había retrasado la edición era la cubierta que tomó más tiempo del esperado. A ello se sumaba ciertos problemas familiares. Y para serles franco, me sentía fastidiado e inconforme de tener que trabajar bajo estas presiones… en la fiesta de año nuevo ocurrió algo totalmente inesperado. Yo tocaría sin ayuda esa noche. Estuve bebiendo con una chica que había conocido. Lo lamentable fue que tuve un penoso altercado con el Sr. Natteri y me excedí poniéndome atrevido. Con ello casi fui despedido de Bauhaus. Tras las disculpas del caso, se me envió una carta notarial de amonestación. Las cosas cambiaron radicalmente desde entonces… hablo del trato. Mi amigo Johan fue despedido y en Enero de 2003 apareció otro aviso solicitando nuevo DJ… imagino que la intención esta vez sí sería la de desplazarme poco a poco, amedrentarme, hacerme sentir innecesario… pero todo eso ya es parte de la última etapa de Bauhaus… la del declive.
Hasta otro momento

Eduardo Lenti
(DJ)

No hay comentarios.: