"Verlo trabajar en un estudio es realmente sorprendente. Hay muy
pocos artistas en el mundo como él: Pete Townshend, Keith Richards,
Jimi Hendrix, Bob Dylan, John Lennon, y nadie más. De hecho,
encontré en su forma de trabajo muchas similitudes con la manera en
la que trabajaba Lennon. En el estudio, Charly García sabe qué
quiere, sabe quién es él y sabe qué guantes utilizar en cada una de
las situaciones. Trabajar con él es muy excitante." Y se nota,
porque por más que Andrew Oldham pueda estar loco y ya haya superado
la barrera de los 60, nada impide que el hombre hable con
conocimiento de causa cuando se refiere al trabajo en un estudio de
grabación.
El inglés que descubrió y convirtió en leyenda a los mismísimos
Rolling Stones -produjo sus primeros discos, obligó a Mick Jagger y
Keith Richards a componer sus propias canciones y creó una de las
frases más famosas y marketineras del Swinging London de aquellos
años: "¿Usted dejaría que su hija se casara con un Rolling Stone?"-
aterrizó en Buenos Aires para terminar con la producción del nuevo
álbum de Charly, que ya lleva más de dos años de gestación y que,
aparentemente, verá la luz en los primeros meses de 2007.
-García dijo que usted logra llevarlo hasta los límites en el
estudio de grabación...
-Mi función básica es proveerle al artista el ambiente ideal para
que pueda sacar lo mejor de sí, testear sus límites y entregarle un
trabajo terminado. Estoy halagado de que haya dicho eso, pero la
verdad es que él hizo lo mismo conmigo. Ya he mencionado a Lennon,
pero me resulta inevitable volver a recordarlo: sólo Lennon, Keith
Richards y Steve Marriott, de Small Faces, han trabajado con un
pincel sonoro como el de Charly.
La relación entre Oldham y García -que ahora, asegura el inglés, ha
llegado a un punto en el que hasta pueden leerse las mentes
mutuamente- comenzó en 1995, cuando los Rolling Stones llegaron a
Buenos Aires por primera vez y los Ratones Paranoicos -a quienes
Oldham les produjo dos discos- actuaron de teloneros. Por entonces,
García invitó a Oldham a cantar una versión de "Sympathy for the
Devil", para su proyecto Casandra Lange. "Aquella fue como una
pequeña prueba, y ahora nos volvimos a encontrar. El mundo de la
música es realmente pequeño", dice.
Tres meses atrás, Charly contactó a Andrew para que revisara el
material de su nuevo álbum, Kill Gil , primero en Nueva York -donde
García hizo una masterización del trabajo que no lo dejó del todo
conforme- y luego aquí, en Buenos Aires. "En este caso mi trabajo no
ha sido tanto producir el disco como estar al servicio de la canción
y del cantante. En cierta forma, ha sido complicado en una manera
simple; quiero decir, las canciones son increíbles y yo sólo tuve
que abrir las mezclas y subir o bajar algún que otro botón, no más.
Charly trabaja en un nivel muy elevado y con muchas intensidades
diferentes", asegura Oldham.
-¿Y cómo suena Kill Gil ?
-El disco tiene los colores y las texturas con las que Charly pinta
hoy en día su música. Afortunadamente, sus últimas composiciones
están al servicio del sonido.
-¿Ha logrado transportar el concepto del concierto para auriculares
en el disco?
-Sí, definitivamente.
-¿Ha sido difícil?
-Cómo va a ser difícil, si Charly tiene tres oídos.
Andrew Loog Oldham vive en Bogotá desde hace veinte años -su mujer
es colombiana-, y si bien su trabajo como productor es por demás
selectivo -uno, dos, tres discos al año-, su influencia en la
industria de la música sigue siendo su mejor arma. "Ya no hay
artistas como Charly en la industria de la música. Ni siquiera en
Nueva York. Por eso no entiendo cómo la compañía discográfica de
García no ha intentado exportar su música. En la actualidad, los
artistas latinos triunfan en Europa y los Estados Unidos y un músico
colombiano como Juanes puede ser número uno en Francia, España o
Alemania. Realmente no comprendo por qué no copan las radios del
mundo con las canciones de Charly, pero bueno, ése no es mi
trabajo."
-Estuviste en su cumpleaños/concierto ...
-Sí, fue tremendo. A pesar de los problemas de sonido, arriba del
escenario él es el mejor. Creo que nadie ha escrito tantos himnos
nacionales para tu país, ¿no es cierto?
Definitivamente, este hombre que más allá de su acercamiento con
América latina no ha perdido ni uno de sus modales y costumbres
británicas, se ha convertido en fan incondicional del rockero más
revoltoso del país y apuesta a que Kill Gil cambie la vida de
García, la suya y la de sus seguidores: "Es una visión de la música
muy interesante, ojalá les guste", sugiere, misterioso.
-En una entrevista reciente, Bob Dylan despotricó contra el sonido
de las grabaciones de los últimos diez años...
- La gente que es vieja hace música vieja, que suena a como sonaba
la música cuando esa misma gente era joven. El sonido de hoy es muy
diferente. Tanto Dylan como yo empezamos a grabar discos cuando se
utilizaba sólo un micrófono en el estudio. Por eso estoy de acuerdo
con Bob, excepto cuando yo soy el que está en el estudio.
-A los 62 años, ¿cómo se siente estar todavía en la ruta del rock
and roll?
-Estar constantemente en la ruta te recuerda quién sos y qué haz
hecho en tu vida. Esto es bueno para no dormirse y estar atento y
preparado para seguir el camino y vivir el presente. No suelo mirar
mucho hacia atrás, creo que no sirve de mucho, así que para mí esta
ruta es la única que existe.
-Por último, de todas las sesiones de grabación de las que ha
participado, ¿cuál recuerda como la más divertida o la mejor?
-Sinceramente, no podría recordar una sola y, de todas formas, si lo
hiciera, no se podría reproducir en estas páginas.
Colaboración: "admcarloab"
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